Nada dura para siempre. Es decir, las cosas duran, pero no son permanentes.
No por eso vas a dejar de vivir por que tenés miedo que algo “se gaste” o se termine. No vas a dejar de jugar con tu juguete favorito por miedo a que se rompa, pero de todas formas, esta bueno saber valorar lo que uno tiene y pensar que haría uno hoy si en el futuro no lo tendría.
Yo no es que cambiaria cosas que hice, pero si hoy trato de aprovechar todo lo que tengo. No por miedo, no es que después de eso “me saturo”, pero lo que es esencial, que parece del día a día y se disfruta, sin llegar a un extremo, lo intento aprovechar dándole el verdadero valor que se merece.
Así sería como el olvido no existe, y en cambio existe que por momentos nos distraigamos, solamente por que quizás sea mejor para nosotros mismos. Puede pasar que al final esa distracción se haga continua, y que cada vez menos tiempo le dediquemos a ese recuerdo, pero no por eso se suprime. Basta con abrir una hendija para dejar pasar la luz para que eso renazca y vuelva a estar tan presente como la primera vez que paso, o en su punto de auge en la situación.
Simplemente hay que VIVIR, cada situación, vivencia o encuentro, y compartir esos momentos de la mejor manera posible. Sin tampoco tenerlo tan presente: “Esto va a terminarse, hagamos todo lo mas rápido posible”. Eso sería un extremo. Pero positivamente, lograr captar cada momento, y transformarlo en felicidad, que si es verdadera, va a durar para siempre, aunque viva solamente en el reCueRdo.
Facundo Nicolás Suárez.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario