- ¿Alguna vez te dije que te amo?
- No
- Bueno, quizá esa es la respuesta a muchas de tus preguntas.

  Entonces fue cuando empezó el silencio de siempre. No necesitaba que se haga la dura conmigo, incluso aunque se esforzara por hacerlo. Después de conocer a una persona por tres años, podes leerla como si fuera un libro abierto. Su problema es que era un libro con muchas páginas perdidas, páginas que no se preocupaba por recuperar. Pero yo si. Ahí estaba mi problema, estoy tan metido en sus asuntos que sé que si supiera cuanto me importa, la ahogaría. Eso pasa con las personas que tienen la mente tan libre que vuela con el viento.
  La quería, la quería horrores. Ella nunca me miró así. Me ama, si, pero no me mira así. No necesito que me diga lo que siente para saber que esta perdida y que me quiere porque soy su único cable a tierra y el único que no la juzga por su manera de ser.

- Sería genial si me dejaras sola
- Sería genial que te des cuenta que me importa una mierda lo que queres

  No me gustaba cuando se hacía la auto suficiente, no me gustaba nada de ella. Creo que me enamoré de sus defectos, ella nunca demostró sus virtudes y yo me cansé de buscarlas.
  Como supuse que haría, sonrió.



Enloquecí en pequeños lapsos de tiempo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario